Recibiendo Una Visión Sólida De La Eternidad | Parte 2

  1. NOS ASEGURA QUE EL SEÑOR CASTIGARÁ LA MALDAD QUE VEMOS

Quizás la mayor frustración de estos días es que las personas malvadas y viles parecen disfrutar de mucho éxito, mientras que los que esperan en el Salvador se enfrentan a una creciente persecución y oposición.

Los que matan a los cristianos, o los que les permiten hacerlo, parecen tener todo el poder en este momento.

La Biblia te dice que no te inquietes por el éxito de los malvados porque al final Dios los juzgará.

Salmos 37:7-15 Reina-Valera 1960
7 Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades. 8 Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo. 9 Porque los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.10 Pues de aquí a poco no existirá el malo; Observarás su lugar, y no estará allí.11 Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz. 12 Maquina el impío contra el justo, Y cruje contra él sus dientes; 13 El Señor se reirá de él; Porque ve que viene su día. 14 Los impíos desenvainan espada y entesan su arco, Para derribar al pobre y al menesteroso, Para matar a los de recto proceder.15 Su espada entrará en su mismo corazón, Y su arco será quebrado.

El Antiguo Testamento describe los horrores del día del Señor en el que toda la tierra sentirá el impacto de la ira de Dios. El enojo y la ira son emociones destructivas.

Cuando pierdes los estribos, muestras que te falta fe para creer que Dios te ama y tiene el control de todo.  No deberías preocuparte, sino confiar en Dios y entregarte a El para su servicio y para que te de seguridad.

Si tú piensas mucho en tus problemas, te llenarás de ansiedad y te enojarás, pero si te concentras en Dios y en su bondad, encontrarás paz.

 

¿Dónde Centras tu atención hoy?

Actuar con humildad no pareciera ser la mejor manera de enfrentar a los enemigos. Sin embargo, las batallas de Dios deben efectuarse con una fe serena, humildad y la esperanza de su salvación.

Jesús también les promete una recompensa a quienes tienen una actitud humilde.

Isaías 13:9-13 Reina-Valera 1960
9 He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores. 10 Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor. 11 Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes. 12 Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre. 13 Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el día del ardor de su ira.

Ofir era una tierra reconocida por su oro raro y valioso. Se cree que estaba situada en la costa sur occidental de Arabia.

Sofonías 1:14-18 Reina-Valera 1960
14 Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy próximo; es amarga la voz del día de Jehová; gritará allí el valiente. 15 Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento, 16 día de trompeta y de algazara sobre las ciudades fortificadas, y sobre las altas torres. 17 Y atribularé a los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra Jehová; y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol. 18 Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Jehová, pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo; porque ciertamente destrucción apresurada hará de todos los habitantes de la tierra.

El día del Señor estaba cerca; los babilonios pronto llegarían y destruirían Jerusalén. El día del Señor también está cerca para nosotros. Dios dice que habrá un juicio final como un día de destrucción mundial. La terrible conquista babilónica ocurrió tal como lo predijo el profeta Sofonías.

El día del juicio final de Dios es seguro, como también lo es su poder para salvar. Para salvarse del juicio, reconozca que ha pecado, y que el pecado trae juicio, que no te puedes salvar a ti mismo y que únicamente Dios puede salvarte por medio de reconocer a Jesucristo como tu Señor y Salvador.

El dinero en si no es malo; pero no sirve para salvarte. En esta vida, el dinero puede torcer las perspectivas dando sentimientos de seguridad y de poder.

Así como la riqueza de los israelitas no logró salvarlos de la misma invasión babilónica, las riquezas no servirán para nada en el día del juicio final.

En la eternidad, solo importará la obra redentora de Cristo a tu favor.  Solo Cristo puede redimirte, no confíes en el dinero; confía en Cristo

El libro de Apocalipsis agrega detalles a este tiempo venidero de juicio sobre la tierra en los capítulos 6 al 18.

“Si el infierno es real, y lo es”, uno podría preguntarse:

 “¿por qué es necesario que el Señor trate con los pecadores en esta vida?

¿Por qué es necesaria la Tribulación de siete años si Dios seguramente se encargará de los pecadores en el juicio del Trono Blanco?”

Yo creo que el Señor desplegará Su ira de tal manera por las siguientes razones:

Primero, la Tribulación le dará a Dios la oportunidad de mostrar Su gloria.

Después de que Él destruya los poderes en la alianza Gog-Magog, Él declarará:

“Y pondré mi gloria entre las naciones, y todas las naciones verán mi juicio que he ejecutado, y mi mano que he puesto sobre ellos”. Ezequiel 39:21.

Aquellos que ahora buscan destruir nuestra forma de vida verán una demostración completa de Su poder y soberanía antes de su destrucción final.

Serán testigos de la gloria del Señor de primera mano.

Segundo, sus juicios durante este tiempo darán a los pecadores una última oportunidad de invocar al Señor

Apocalipsis 9:20-21 Reina-Valera 1960
20 Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; 21 y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.

Estos hombres eran tan duros de corazón que ni siquiera las plagas lograron que volvieran a Dios.

Por lo general, las personas no creen en la inmoralidad y maldad de la noche a la mañana; entran en el pecado poco a poco, casi sin darse cuenta de lo que está sucediendo, y terminan irrevocablemente atrapados en el lodo de sus sendas perversas. Cualquier persona que permite que el pecado eche raíces en su vida terminará en este aprieto.

La tentación con la que alguien se entretiene hoy, mañana se convertirá en pecado, al día siguiente en un hábito, y luego la muerte y separación de Dios para siempre. Pensar que el hombre nunca podría llegar a ese estado de maldad es el primer paso hacia un corazón endurecido.

Es hora de que todo hombre o mujer Reconozca que necesitas confesar sus pecados, porque solo El es poderoso para perdonarle y lavarle con el poder de la sangre que Jesucristo que un día derramó en la cruz del Calvario.

Aunque la mayoría de las personas continuarán rechazando al Salvador, la Biblia dice que muchos se volverá a Él y hallará la vida eterna

Apocalipsis 6:9-11 Reina-Valera 1960
9 Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. 10 Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? 11 Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.

Este altar representa el altar del sacrificio en el templo donde se sacrificaban los animales para recibir el perdón por los pecados. En vez de encontrar la sangre de animales al pie del altar, Juan vio las almas de los mártires que habían muerto por predicar la buena noticia.

A estos mártires se les dijo que habrían aún más que perderían la vida por su fe en Cristo. Al enfrentarse con la guerra, el hambre, la persecución y la muerte, los cristianos serán llamados a permanecer firmes en lo que creen.

Solamente los que se mantengan firmes hasta el fin serán recompensados por Dios.

Los mártires están ansiosos de que Dios establezca justicia en la tierra, pero se les dice que deben esperar. Dios está esperando hasta que se alcancen un número determinado y a la vez está prometiendo que no se olvidará de quienes sufren y mueren por la fe en El.

s bien, serán elegidos por Dios para recibir un honor especial.

Podemos desear justicia inmediata, como lo hicieron estos mártires, pero debemos ser paciente. Dios obra a su debido tiempo, y el promete justicia. Ningún sufrimiento por causa del Reino de Dios es un esfuerzo perdido.

A los mártires podemos oírles clamar a Dios:

¿Cuánto tiempo falta para que juzgues a la gente de este mundo por lo que nos han hecho y tomes venganza por nuestra sangre?

Al ver la perversidad del mundo, tal vez tu también clames a Dios: ¿Cuánto tiempo?

En los siguientes capítulos, por fin llegará el juicio.

Puede que estés afligido y te falte paciencia, mas Dios tiene su plan y su tiempo, y  todos tenemos que aprender a confiar en que El, porque solo El sabe lo que es mejor.

Ya se acerca el juicio: téngalo por seguro.

Gracias a Dios por el tiempo que nos ha dado a ti y a mi para apartarnos del pecado. Emplea por lo tanto el tiempo disponible para ayudar a otros a que se acerquen a El.

Apocalipsis 7:9-17 Reina-Valera 1960
La multitud vestida de ropas blancas
9 Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; 10 y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. 11 Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, 12 diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén. 13 Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? 14 Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. 15 Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. 16 Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; 17 porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.

¿Quién son los que forman esta enorme multitud?

Aunque algunos intérpretes lo identifican como los Mártires descrito en 6:2-9, también podría ser el mismo grupo mencionado como los 144.000,7:4-8.

Los 144.000 fueron sellados por Dios antes del gran tiempo de persecución. Y, la enorme multitud recibió la vida eterna, tal como Dios lo prometió.

Antes se preparaban; ahora ya son victoriosos.

Esta multitud en el cielo está compuesta de todos los que permanecieron fieles a Dios por todas las generaciones.

Dios incluye y protege a cada uno de nosotros, y nos garantiza un lugar en su presencia.

La gente emplea diferentes métodos para quitarse la culpa por el pecado: buenas acciones, búsqueda intelectual e incluso culpar a los demás. Sin embargo, la multitud en el cielo alaba a Dios diciendo que la Salvación proviene de El y del Cordero. La salvación del castigo por el pecado puede venir solo por medio de Jesucristo.

¿Te ha sido quitado la culpa del pecado de la única forma posible?

Por otra parte, para muchos le es difícil pensar como la sangre podría blanquear una tela, pero la sangre de Jesucristo es el mejor purificador del mundo para quitar la mancha del pecado.

El color blanco simboliza la santidad y una perfección sin pecado, que puede concederse a la gente solo por la muerte a nuestro favor del Cordero de Dios sin pecado.

Esta es una ilustración de cómo somos salvos por la fe.

Isaías 1:18
Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren, como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueran rojos como el carmesí, vendrían a ser como blanca lana.

Las personas a quienes se dirigió está misericordiosa  invitación enfrentaban  una grave condición; no podían  haber estado en una situación peor. Habían provocado a Dios en demasiadas oportunidades con sus muchos pecados. Él los había castigado severamente; y sin embargo, no se habían arrepentido de sus iniquidades, que tampoco serían apartadas ni expulsada de ellos.

Entonces como el Señor afirma que se debe hacer algo más: no había que permitir que ese estado de cosas continuara.

Por lo tanto, en este pasaje, hay una invitación a dialogar con Dios.

La mayoría de la gente parece querer una forma de religión que no la obliguen a pensar. Las personas descrita en este capítulo estaban dispuesta a traer sus carneros, sus becerros, su incienso y sus ofrendas, pero esto podía hacerse sin que tuvieran ningún efecto en sus corazones ni en sus vidas.

De todas las cosas en el mundo, la genuina y verdadera  relación con Dios, es aquella que exige el pensamiento más serio. Tiene que ver con la mente, el corazón y el espíritu. Incluso bajo la Antigua ley, el mandamiento para Israel era:

Amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y  de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.

Era un asunto del corazón y del alma, incluso bajo aquella antigua y oscura bendición preparatoria; así que, ¿cuanto más lo es bajo la bendición del Evangelio, cuyo primer mandamiento es creer?

Creer no significa cerrar ciegamente los ojos, sino  poner en práctica el pensamiento más serio que la mente humana puede lograr. Es muy misericordioso por parte del Señor invitarnos a dialogar con El.

Que gran misericordia y compasión del Altísimo cuando está dispuesto a que converses con El. Pareciera que estuviera diciéndote: Ven, amigo mío, tú y yo no estamos de acuerdo. Algo en tu mente te impide rendirte a mi amor. No deseo lastimarte. Ven y no me ocultes nada.

Ven y cuéntame todo, porque lo se y lo veo todo, se inclina El Señor hacia ti al expresar: Ven, vamos a considerarlo. Su voz hace temblar la tierra; la voz del Todopoderoso Dios, el creador y juez de todo.

El es quien te habla a ti, totalmente insignificante como lo es el humano, en comparación con El y la majestuosidad  de su misma presencia y El te dice:

Venid que gran prueba del amor y la gracia de Dios, es que El te invite a tener una conversación con él.

Esta gracia significa que el Señor eliminará los pecados por completo: la grana se convertirá en nieve y el carmesí en blanca lana.

El Señor no resuelve el problema del pecado negando la culpa del pecador, sino quitándola. El Señor logró esto imputando tus pecados a Cristo. Por causa de esos pecados, Dios el Padre trató a Cristo como si hubiera sido el verdadero pecador.

Por lo tanto, si Cristo fue castigado por tus pecados y mis pecados, nunca podremos ser castigado por ellos, si en verdad nos hemos acercado a El en arrepentimiento y plena confesión de fe.

Romanos 3:21-26
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la atención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

La ira del día del Señor le dará al mundo una representación visual de Su justicia.

La intervención directa e inequívoca del Señor en la historia humana durante la Tribulación demostrará Su intención de juzgar a todos aquellos que rechazan al Salvador y Su provisión de vida eterna.