Querida Iglesia,

Hoy nos encontramos ante un gran desafío: vivir con urgencia, con la mirada fija en la pronta venida de nuestro Señor. Nuestra consigna es clara: “Apresurándonos para su venida.”

Nos invita a reflexionar sobre una poderosa verdad revelada por la Palabra de Dios, a través del Apóstol Pedro. En 2 Pedro 3:12, encontramos estas palabras en distintas versiones:

• Nueva Traducción Viviente: “Esperar con ansias el día de Dios y apresurar que este llegue. En aquel día, Él prenderá fuego a los cielos, y los elementos se derretirán en las llamas.”
• Dios Habla Hoy: “Esperen la llegada del día de Dios, y hagan lo posible por apresurarla. Ese día los cielos serán destruidos por el fuego, y los elementos se derretirán entre las llamas.”
• Palabra de Dios para Todos: “Esperen la llegada del día de Dios y hagan lo posible para que llegue pronto. En ese momento, el cielo será destruido con fuego y todo lo que hay en él será consumido por el calor.”

Es fundamental recordar que el regreso de Cristo será repentino e inesperado. También debemos entender que nuestro comportamiento cristiano influye directamente en el tiempo de su regreso, acelerándolo. La condición y la actividad de la Iglesia están profundamente relacionadas con ese evento.

¿Cómo podríamos desempeñar un papel en la velocidad del escatón? Recuerda que el “escatón” se refiere al evento final del plan divino. Pero, ¿por qué es importante el escatón para hoy?
Es importante porque tú eres importante. Tu vida importa. Lo que haces importa, y lo que aportas a este mundo tiene un impacto. Nuestras acciones individuales no solo afectan nuestra vida, sino que también influyen en el tiempo venidero.

Es necesario comprender que nuestras decisiones y nuestra obediencia a Dios aceleran la llegada del regreso de Cristo. Y, dado que Dios nos promete que podemos, reflexionemos sobre cómo es posible.

La Biblia nos enseña que “apresurarnos” significa hacer que algo suceda pronto. ¡Y, sorprendentemente, podemos acelerar la venida de Cristo! Pedro nos señala que nuestras acciones pueden contribuir para que su regreso sea más cercano.

¿Cómo podemos hacer esto? Hay dos formas fundamentales:

1. Orar por su venida: La oración más antigua y frecuente ha sido “¡Maranatha! ¡Ven, Señor!” (1 Corintios 16:22). Es el clamor del Espíritu y de la Novia: “¡Ven, Señor Jesús!” (Apocalipsis 22:17).

2. Difundir el evangelio: Jesús nos dejó claro que el evangelio debe ser predicado a todas las naciones antes de su regreso. Como nos dice Mateo 24:14, “Y se predicará este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”

Jesús dijo que antes de su regreso, la buena noticia acerca del reino, es decir, el mensaje de salvación, sería predicado por todo el mundo. Esta fue la misión de los discípulos, y hoy es la nuestra. Jesús habló acerca de los tiempos finales y del juicio final para mostrar a sus seguidores la urgencia de anunciar la buena noticia de salvación a toda persona.

En esta temporada, apoyemos las misiones aquí y en el extranjero, y “vayamos y anunciemos en los montes, en los collados y en todas partes”, y así apresuremos el regreso de nuestro Señor Jesús.

¡Ven, Señor Jesús, ven pronto!
Hasta entonces, danos poder con tu Espíritu Santo para dar testimonio de ti sin temor ni reservas.
Permítenos ser alegremente generosos con los ministerios y misioneros que trabajan para promover tu reino en la tierra.
No permitas que seamos perezosos y nos desanimemos mientras te esperamos. Mantennos fieles y bien despiertos para servirte a ti y al mundo en tu nombre. ¡Amén!
Gocémonos y alegrémonos porque hoy es un gran día de gratitud a Dios por estos 23 años transcurridos bajo la gloria de Dios, expectantes por ser parte del AVIVAMIENTO DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS.

ESTOS SON LAS ORACIONES Y DESEOS DE VUESTROS PASTORES POR LA GRACIA DE DIOS